martes, 16 de septiembre de 2008

La vuelta

Volvieron. Y la noche estuvo movidita. Muchos cambios para la gorda aunque igual ella se banca todas. Ahora no se queda quieta o callada ni un minuto. Brasil la puso mucho más conversadora e inquieta. La mamá ya salió a buscar cómo agrandar el “gimnasio” que le habíamos armado. Es que ya le quedó chico y sistemáticamente, tras cuatro o cinco contorsiones, cae afuera de los almohadones. Cuando cae, se ríe y nos mira. Y aplaude. Otra cosa que aprendió en Brasil. Aún no gatea pero casi, casi.

jueves, 4 de septiembre de 2008

No es fácil...

Hoy se fueron a Brasil a visitar a la familia. Yo me quedo acá. A la vuelta del aeropuerto sentí algo de tristeza y algo de miedo. Van a ser 10 días complicados.

martes, 29 de julio de 2008

Conciencia

Ella dice que uno de los principales “ejercicios” de ser madre es mantener la conciencia tranquila segundo a segundo. Y yo pienso que esto tiene su versión paterna: no tener la conciencia tranquila ni un segundo, hagas lo que hagas.

Tortas…

La princesa está a punto de cumplir siete meses. Este “cumplemés” le haremos una tarta de frutas. Para los seis, festejamos con torta de chocolate. Quedó rica pero hay que bajar las calorías de los festejos. Ella por ahora sólo mira las tortas y en realidad es un momento que no disfruta mucho. Sacamos la clásica foto de los tres detrás del dulce mensual y casi siempre hay que repetirla porque sale con cara de enojada.

¿Será que no le gusta cumplir meses? ¿O se enojará porque no la dejamos zabullirse en las tortas? Lo primero lo podría haber heredado de mí… Bueno, ahora que pienso lo segundo también.

miércoles, 2 de julio de 2008

Con euros…

Se vienen. Dicen que allá la cosa está cada vez peor, la gente aburguesada, sin iniciativa. Aburrida. Además, los gobiernos cada vez más a la derecha, más xenofóbicos, menos humanos. Acá, en cambio, hay espacio para hacer cosas y con plata se puede crear para vender en el mundo. Está todo por hacer, dicen. Y se vienen. A Uruguay. Es Europa la que para ellos está cada vez peor. Que ironía. Con euros, para estos españoles con los que hablé, Montevideo parece la mejor ciudad del mundo.

lunes, 9 de junio de 2008

Sosteniendo

Tengo una amiga que dice que le cuesta sostener las cosas... Al menos de eso la convenció su psicóloga, con la que casi nunca estoy de acuerdo. Lo cierto es que ella adjudicó a esa condición una prolongada ausencia de su blog. Claro, volvió triunfalmente con dos entradas de antología (tal su costumbre). Yo no creo que me cueste sostener las cosas pero hace semanas que no publico nada. Sin embargo, esa misma amiga me convenció de que una vez que se abre un blog, no se puede cerrar. Parece que te pueden pasar cosas terribles si lo hacés. Una especie de maldición de la blógsfera (otra cosa que me enseñó esta amiga).

Por las dudas vaya este post para alejar cualquier maldición.

Y para "bendecir" a Maru, una fenómena.

lunes, 12 de mayo de 2008

Tiempo completo…

Cerrar una etapa y abrir otra. En eso estoy. Ahora, esto tuvo un efecto colateral. Y no de los que se alegan en Irak o Afganistán. No se trata de un daño pero sí de un imprevisto. No había pensado en que esa ventana libre que se abría entre un escalón y el otro me permitiría disfrutar de la nena tanto y a tiempo completo desde hace dos semanas. Un goce que me ratifica que en cualquier caso, los escalones son ascendentes.

lunes, 21 de abril de 2008

Móviles

Hace unos días, cuatro o cinco, que ella comenzó a intentar agarrar cosas. A veces, de casualidad, moviendo una mano logra que por unos segundos un trapo quede entre sus dedos y lo mueve orgullosa, diciendo “miren de lo que soy capaz”. Y nosotros la miramos extasiados hasta que, claro, se le cae. No importa. Vuelve a intentarlo siempre y cada vez con mayor éxito.

También aprendió que puede golpear las cosas. Entonces, los colgantes coloridos y llenos de macaquitos que hay por doquier en el apartamento adquieren otro sentido. Ya no son los que invariablemente cabeceo y puteo, mientras esquivo el gimnasio y la cuna intentando desplazarme...

No, ahora la alzo y la acerco a ellos. Y ella entra en una excitación incontrolable hasta que consigue golpearlos. Es como si fueran un puching ball, pensé. Y entonces comencé a estimularla con nombres que harían que su padre destrozara el móvil hasta hacerlo desaparecer. Ella parece inmune a esos sentimientos ajenos. Se concentra en intentar agarrar el móvil y cuando lo logra, busca “besarlo”. De ahí deduzco que es indiferente a los nombres con los que intento animarla. Yo no haría eso con esas personas.

jueves, 10 de abril de 2008

Cuestión de gustos...

La sacamos a pasear en el auto nuevo.
Obviamente hicimos rambla.
Ella ni se enteró de que en uno de los lados estaba el mar.
Le gustaron más los edificios.

jueves, 20 de marzo de 2008

De viejos...

En este país no hay viejos debajo de la "línea de pobreza". O si los hay, son muy pocos y casi no figuran en las estadísticas. Eso está muy bien. Ahora, en el otro extremo, el 50% de los niños es casi indigente. La mayoría de los niños uruguayos crece pobre, mal comida, poco educada, condenada a un futuro igualmente pobre. Como su infancia.

La discusión de los últimos días sobre constitucionalidades e inconstitucionalidades me altera. Pienso en la necesidad de salir de este empate que en realidad es goleada en contra del futuro. Según los datos del gobierno, ese Impuesto a la Renta de las Personas Físicas alcanza al 20% de los jubilados, aquellos que reciben las jubilaciones más altas. Su no pago, restaría de las arcas públicas unos 100 millones de dólares. Es decir que, por ejemplo, podría comprometer la asignación de recursos a la educación, que viene creciendo, y otros planes sociales.

Allá los viejos "copetudos" –como dijo Mujica- con sus reclamos. Quizás los que reclaman ante la Suprema Corte tengan razón y sí sea inconstitucional ese IRPF aplicado a las pensiones. Sólo digo que va siendo hora de que las cifras de la infancia muevan a reclamos de incostitucionalidades y tengan al menos la mitad de la repercusión en las portadas.

(Me salí de la línea que tenía el blog pero ta... tenía ganas)

viernes, 14 de marzo de 2008

Disfrute

Llego y ella me cuenta todo, hasta el detalle más chico de cómo fue el día con la nena. Que se rió, que lloró, que hizo caca, que no hizo, que le encanta el ventilador de techo, que pasó más tiempo en el gimnasio, que la cambió dos veces... Yo la miro agradecido y siempre la veo feliz. A veces cansada pero siempre feliz.

“Lo estás disfrutando”, le comenté hace un par de noches en medio de esos cuentos. Ella levantó la vista y no dudó: “Sí”. La enorme sonrisa que tenía me deslumbró. Casi casi lloré.

miércoles, 5 de marzo de 2008

¿Los deja dormir...?

Esa es la pregunta que más he escuchado desde que soy padre. Y me impresiona. No importa si el interlocutor es padre o no, si ya alcanzó la categoría de abuelo o aún no se afeita... Luego de enterarse que hay una bebé en casa, se preocupará por cómo son nuestras noches.

Antes, durante el embarazo, me había impresionado que la mayoría de los cuentos de los padres refiriera también a pérdidas. Que ya no dormían, ya no salían, ya no bailaban, ya no charlaban... ya no todo. Mientras las panzas de mi casa crecían (sí, la mía también creció porque dejé de fumar y me gustan mucho el vino y las grasas saturadas), sumábamos anécdotas que no nos hacían dudar pero sí preocuparnos.

Claro, como pareja nos estaban pasando cosas increíbles y entonces no había una relación con lo que escuchábamos. Ahora siento lo mismo.

Claro que da trabajo. Claro que se duerme diferente. Ahora, ¿no debería haber una relación un poco más directa entre los cuentos que uno escucha y lo fantástico que es ser papá? Además de alertarte sobre todo lo que vas a perder, ¿los veteranos en esto no deberían alentarnos con cuentos sobre la cantidad de cosas que uno gana? ¿Entre tanto llanto, no habrá lugar para alguna sonrisa?

Yo creo que sí. Es más, ahora sé que sí.

viernes, 15 de febrero de 2008

¿Por qué?

Tiene que haberlo. Al menos cuando se le pone el nombre a algo, en este caso un blog. Salió así porque sí. Como siempre me sale esa frase. Siempre empieza con “si no existieras…” pero puede terminar de muchas maneras.

En general, cuando la pienso o la digo, termina en un “habría que inventarte”. Es un clásico. “Cabeza, no te enrosques, dale pa’ delante”, me dice él. Y yo: “si no existieras…” mientras sigo, a mi modo y con mis tiempos, ese consejo. “¡Traeme una sorpresa!”, pide-exige ella casi a diario. Y yo: “si no existieras…” mientras compro el Ser de dulce de leche, el yogur con colchón de frutos del bosque… o cualquier otra “delicia” Light. Por suerte hay más de estos pero no quiero aburrir.

Muchas pero muchas veces, la frase tiene finales menos felices. Es que los hay y el día a día los tiene más de lo debido. Entonces puede llegar un “… no me enteraría” o un “me daría lo mismo”. Para algunos casos reservo el más general “…sería mejor”. Son pocos pero los hay.

Una vez al día la frase tiene el mejor final. En general me estoy por dormir. Giro a mi izquierda y las veo. Ahí termina en un rotundo: “yo tampoco”.

Ellas en mi cabeza


Están siempre. Y son la razón de que tenga este blog aunque aún no sé qué le voy a poner...